Antes de empezar a tejer esos nudos que se desatan en el alma, es importante que tengas en cuenta algunos aspectos que te facilitarán el camino y mejorarán el resultado:

1) Nivel de dificultad

Tanto si vas a trabajar con un patrón o vas a tejer por tu cuenta, te recomiendo que valores el nivel de dificultad del proyecto no sólo en función del dominio que tengas del crochet, sino también según cuáles son tus necesidades en ese momento.

Por ejemplo, si necesitas un reto que te estimule y te mantenga a tope de atención, un proyecto que te saque de tu zona de confort será perfecto. ¡El subidón cuando lo consigas será tremendo! En cambio, si andas distraida, distraido, y tan solo necesites mantener tus manos ocupadas, relajarte un poco sin pensar demasiado, lo que yo llamo, «modo meditación», quizá un proyecto sencillo, que no precise de contar muchos puntos y con puntadas que ya dominas, te vendrá genial. Si andas un poco «de bajón», te recomiento un proyecto sencillo y rapidito, tipo trapillo o con lana gruesa, que termines en un santiamén y te de ese chute de satisfacción para darle la vuelta al momento.

2) El material adecuado

Elegir el material adecuado para tu proyecto es esencial. Hoy en día tienes en el mercado infinidad de materiales para tejer.

Si vas a tejer una prenda, la estación del año para la que esté destinada te guiará. Así, para el invierno tienes lana merino, alpaca, cashmere,… materiales calentitos y suaves. En cambio, el verano nos pide más materiales también suaves, pero frescos y ligeros como el algodón, la seda, el bambú…

Si vas a tejer un complemento, recuerda tener en cuenta el peso, la textura, la consistencia… tienes muchísimas opciones. En el artículo de la semana pasada te conté un poco sobre los tipos de trapillo, y aparte, materiales como el cordón de algodón, la raffia, el maxi-cotton, la lana merino XXL, son opciones para mantas, alfombras, bolsos, cojines, cestas…

Además de estos aspectos, es importante que tengas en cuenta el grosor, el peso, la dureza, la elasticidad, el tacto, la caída para poder elegir el material que mejor se adapte a lo que buscas.

¡Ah! Y asegúrate de disponer del material suficiente para todo el proyecto. Puedes utilizar la información de la etiqueta como referencia.

3) La aguja apropiada

Para seleccionar la aguja, lo primero que haremos será leer en la etiqueta cuál es el grosor que se recomienda. Partiendo de esa medida, aumentaremos la medida de nuestra aguja si queremos que los nudos queden sueltos, holgados. Si lo que buscamos es que el trabajo quede bien prieto y opaco, disminuiremos el grosor de la aguja. Si no lo tienes claro, te recomiendo que hagas pruebas tejiendo pequeños cuadraditos hasta que quede a tu gusto.

Por otro lado, el material de la aguja que nos guste, es muy personal, pero como norma general, si vas a tejer con aguja gruesa (de 9mm o más) cuanto más ligero sea el material, mejor: el metacrilato o el bambú van muy bien. En cambio, si vamos a tejer con aguja muy fina (3mm o menos) que lleve mango evitará que se te doble la aguja y te facilitará el agarre de la misma e impedirá que se te agarroten los dedos.

4) La medida

Para saber cuántas cadenetas y cuántas filas debes hacer para alcanzar una medida concreta, puedes guiarte con las recomendaciones de la etiqueta o, mucho mejor, con la aguja que hayas seleccionado, puedes tejer un cuadrado de 10 cadenetas y 10 filas. Con las medidas que consigas y una sencilla regla de tres, lo sabrás de forma mucho más exacta.

5) Las medidas

Si vas a tejer una prenda y en el patrón no incluye tallas, toma las medidas correspondientes de la persona destinataria de la prenda y adapta el patrón antes de empezar. Te ahorrarás sorpresas de última hora 😉